domingo, 17 de abril de 2011

VI

TIEMPO

Me pregunto si cuando se paran los relojes
se vuelven dulces los cafés.
Se echa un abrigo rojo sobre los hombros
y las calles son de adoquines
y las farolas están mojadas
y las flores son jóvenes
y la gente es gris.
Las agujas se detienen en la torre,
y ella nota en el repiquetear ausente
a aquellos que deambularon
(por todos los caminos).

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