lunes, 24 de enero de 2011

Desnuda

Me tumbé en su cama y dejé que me contemplara
el sol tras la ventana,
el reflejo en el espejo
de un cuerpo desnudo y enredado,
entre sábanas transparentes
de luz y cabellos tibios.

Me tumbé en su cama y dejé que me contemplara
mis piernas curvadas,
el musgo dorado de mi vientre
bajo las cortinas que se agitaban
por el viento que se colaba, desnudo,
por la ventana.

Me tumbé en su cama y dejé que me contemplara.

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